Así se fabrica el futuro: un recorrido por la planta de producción de Hidral en Sevilla

Desde la recepción de materiales hasta el envío de equipos a más de 120 países, descubrimos cómo se construyen las soluciones de elevación que posicionan a Hidral como referente global.

Hay algo magnético en observar cómo se construye el futuro. En las naves industriales de Hidral, ese magnetismo se siente en cada rincón: en el sonido del acero moldeado con precisión, en el movimiento orquestado de piezas que terminan encajando en un engranaje perfecto, y en la certeza de que cada elevador que sale de sus fábricas lleva el sello de un trabajo bien hecho.

Ubicada en Sevilla, Hidral cuenta con más de 28.000 metros cuadrados de superficie industrial repartidos entre dos plantas. Desde aquí, se fabrican equipos de elevación que viajan a más de 120 países, transformando espacios, haciendo accesibles edificios, y facilitando el día a día de miles de personas. Pero detrás de esa cifra global, hay una historia local: la de un equipo que, desde hace 50 años, sigue creyendo que la calidad se fabrica pieza a pieza, sin atajos.

 

El viaje comienza en el detalle

Cada proyecto en Hidral se inicia mucho antes de que la primera pieza entre en producción. El primer paso está en la materia prima: materiales cuidadosamente seleccionados que pasan por un control de calidad riguroso en el momento de su recepción. Solo así se garantiza que todo lo que se construya a partir de ahí cumpla con los altos estándares que la marca exige.

Desde ahí, el proceso continúa con una coordinación ejemplar entre los departamentos de ingeniería, ventas técnicas y producción. La personalización es una constante. Gracias al trabajo del equipo de I+D+i, formado por más de 25 personas, cada equipo se diseña teniendo en cuenta las necesidades específicas del proyecto y del cliente. No hay dos soluciones iguales, porque tampoco hay dos edificios, ni dos usos, ni dos personas iguales.

Todo este conocimiento se transforma en productos robustos, fiables y precisos, que son capaces de integrarse en entornos industriales, residenciales o comerciales con la misma eficiencia. Y todo ello sin perder de vista un principio que lo atraviesa todo: cada metro cuenta.

 

Fabricar solo para profesionales, fabricar sin compromisos

En Hidral, la apuesta por un modelo B2B es total. Aquí se fabrican equipos completos para el profesional de la elevación. Esto implica un compromiso absoluto con el instalador, que sabe que al confiar en Hidral recibe un producto listo para ser colocado, adaptado a las particularidades del proyecto, y acompañado por un equipo técnico que está presente antes, durante y después.

El resultado es una línea de productos que va desde montacargas industriales hasta ascensores de gran capacidad y soluciones de accesibilidad, todos con una misma filosofía: diseñar y fabricar sin comprometer la calidad, la seguridad ni la estética.

Este modelo, sostenido con una mirada clara hacia el largo plazo, ha permitido que el 70% de la producción de Hidral se exporte a mercados internacionales. Delegaciones propias en Francia, Italia, Reino Unido, Oriente Medio y Rusia consolidan una presencia global que no ha dejado de crecer, siempre desde la fidelidad a los valores originales.

 

Un equipo, una visión, una historia que sigue en marcha

El alma de Hidral no está solo en sus productos, sino en las personas que los hacen posibles. Desde los operarios de planta hasta los ingenieros, desde logística hasta administración, todos trabajan con un objetivo común: que cada equipo de elevación que salga de las instalaciones funcione perfectamente desde el primer día… y durante muchos años más.

La coordinación entre departamentos es milimétrica. Cada pedido es un proyecto, y cada proyecto tiene un nombre, una historia y un destino. Por eso, la atención postventa y el seguimiento técnico no son opcionales, sino parte esencial del servicio. Porque el compromiso de Hidral con sus clientes no termina con la entrega del equipo: solo cambia de fase.

Tras cinco décadas de trayectoria, Hidral sigue mirando hacia adelante, con la misma ilusión de sus inicios, pero con la madurez que dan la experiencia, la innovación constante y una red global consolidada. Visitar su planta es entender cómo se fabrica la excelencia, día tras día, desde Sevilla al mundo.

es_ES