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25/11/22
El mundo es un lugar difícil para todos, pero especialmente para aquellas personas que tienen una discapacidad o su movilidad reducida. Para tratar de no hacerles el mundo todavía más difícil, es muy importante que tengan las mismas oportunidades y derechos que todo el mundo. Una de las mejores formas para ello es facilitar la accesibilidad de espacios y edificios públicos, mediante rampas en la mayoría de los casos, y con una buena señalización que se lo indique. En Hidral pensamos en todo el mundo, y por eso ofrecemos los mejores productos y profesionales que faciliten la accesibilidad a personas con discapacidad.
Entendemos que son edificios públicos los ayuntamientos, colegios, institutos, universidades, centros de salud, oficinas de correos, bibliotecas, cines y museos, entre otros. Desde el 4 de diciembre de 2017, con la aprobación de la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y su Inclusión Social, se hizo obligatorio que todos los edificios públicos tuvieran plena accesibilidad a discapacitados, aunque hoy en día el problema sigue existiendo.
Debemos pensar en todo el mundo. Por eso, los edificios y espacios públicos deben disponer de accesibilidad para todo tipo de personas, incluyendo las personas con discapacidad. ¿Cómo se puede lograr esto? Se pueden seguir varios consejos en un nivel más general, entre los que se incluyen la accesibilidad mediante rampas o la señalización.
En primer lugar, es muy importante que los aparcamientos cuenten con plazas reservadas para vehículos para personas de movilidad reducida. Concretamente, deberán tener unas medidas mínimas de 5 metros de longitud y 3’60 metros de ancho, además de estar ubicadas cerca de los pasos para peatones con rampa o bordillos más bajos. Estas plazas deben contar con la señalización pertinente para que el resto de los vehículos sea consciente de que ese no es el sitio donde deben estacionar su coche.
Por otra parte, hay que adaptar el acceso a los edificios, principalmente facilitando la accesibilidad mediante rampas correctamente señalizadas y que no tengan ningún obstáculo para las sillas de ruedas. Además, todos los edificios públicos tienen que tener un itinerario accesible y visible a ciertos lugares como los aseos o las salidas de emergencia.
Generalmente, las entradas a los edificios públicos suelen estar adaptadas en su mayoría para las personas de movilidad reducida o con cualquier otro tipo de discapacidad. Aunque no siempre es así.
La mejor forma, y la más usada, para ayudar a las personas con discapacidad a acceder a todo tipo de edificios públicos es la accesibilidad a través de rampas. Otros aspectos a tener en cuenta es que las puertas tengan unas medidas de anchura y altura mínimas. En las puertas exteriores deben tener una altura de 2’20 metros y una anchura de 1’20 metros, mientras que las interiores deben tener 90 centímetros de ancho y 1’5 de diámetro.
Todas estas medidas comentadas para facilitar la accesibilidad de los discapacitados (rampas, señalización, etc.) sirven para hacer frente a las llamadas barreras arquitectónicas. Las barreras arquitectónicas son obstáculos que impiden y dificultan que las personas puedan moverse o acceder a un lugar o espacio determinado. De este modo, les dificulta la realización de ciertas tareas del día a día. Algunos ejemplos de barreras arquitectónicas dentro de los edificios son las escaleras, puertas estrechas, falta de ascensores o falta de adaptación de estos, etc.
En lo que respecta a la adaptación de los espacios con distintos niveles, está bajo regulación. Dicha regulación establece que los edificios deberán contar con un fácil acceso entre los pisos. Para ello, en el caso de que el edificio no cuente con un ascensor con las medidas suficientes para que todo el mundo lo pueda usar, se deben instalar plataformas verticales o inclinadas. Con ellas, se permite a las personas que van en silla de ruedas o de movilidad reducida que puedan moverse libremente entre los distintos niveles. Funcionan transportando a las personas en pequeños tramos de hasta tres metros de altura.
Además, el mobiliario deberá tener un diseño, altura y distancias que permitan ser usadas por todo tipo de usuarios.
En Hidral contamos con un equipo que piensa en las distintas necesidades de cada usuario. La ley lo dicta y nosotros queremos que se cumpla. Por eso, ponemos a tu disposición los mejores elementos que permitan que mejores la accesibilidad de los edificios públicos para minusválidos, como las plataformas salvaescaleras SH o las plataformas verticales PH. En Hidral pensamos en todo y en todos, y no queremos dejar a nadie tirado. Sabemos que demandas la máxima calidad y seguridad, y nosotros te la podemos garantizar.